Una de las ciencias que más ha crecido en los últimos años ha sido la Medicina. Sin dejar de ser a la vez un arte y una ciencia, se ha desarrollado segura, apegada rigurosamente al método científico. Sus avances han alcanzado fronteras de horizontes fácticos que han roto los conceptos de ser, de individuo humano, de creación, conceptos de reproducción y de la vida misma. En este contexto, todos los médicos y biomédicos vemos transformarse las enseñanzas primarias de existencia, la mítica concepción del hombre de: “nacer, crecer, reproducirse y morir”, se ha modificado a: “nacer, crecer, tener un hijo, sembrar un árbol, escribir un artículo científico y morir”.
Compenetrados en la vorágine del desarrollo de la Medicina, escribir un artículo científico se convierte en una meta de vida, casi igual como nacer y crecer, tan valioso como tener un hijo, alcanzar la inmortalidad y trascender el tiempo a través de una publicación. Es transformar las experiencias vivenciales del día a día, para no solamente dejarlo escrito sino plasmarlo en una publicación como evidencia de nuestra existencia y de que queremos sacudirnos de la nada, de ser uno más, de dejar de ser la palabra al viento.[.. CONTINUA...]